Manchester para el recuerdo

El 23 de octubre de 2013 quedará marcado en la historia de la Real Sociedad como el día en el que jugó y perdió contra el Manchester United en Old Trafford. Sin embargo, para los miles de realzales, y sobre todo, para los más de 5.000 aficionados que acudieron al Teatro de los Sueños, aquel día ha quedado marcado para la posteridad, porque ese día sintieron, una vez más, el orgullo de ser seguidores de la Real Sociedad.

Un recuerdo imborrable

23 de octubre de 2013. Old Trafford. Una fecha y un escenario histórico donde los haya. Inevitablemente nos hace mirar no muy atrás, para ver cómo una plantilla con una gran mayoría de jugadores formados en Zubieta, más un grupo de jugadores de calidad, es capaz de resurgir de sus cenizas para ponerse a la par del Manchester United en el mejor campeonato de clubes de fútbol del mundo.

Y sí, el partido era lo más importante del día, pero lo vivido en esas 24 horas fue mucho más allá de lo que ocurrió durante 90 minutos en el verde de Old Trafford.

Un día marcado en rojo

El día comienza nublado, con momentos de lluvia que en ningún caso impiden que la mejor afición del mundo pueda disfrutar de un día marcado en rojo desde que el azar quiso escuchar los deseos de su gran capitán, Xabi Prieto, a finales del mes de agosto.

Desde primera hora del día las camisetas de la Real pintan de azul y blanco el centro de Manchester.

Algunos se sorprenden por la gran cantidad de txuriurdines que ven, y preguntan curiosos: "¿contra quién jugáis?". Otros, siendo conscientes del encuentro, recomiendan que nos acerquemos a un punto u otro de la ciudad; nos desean un buen día pero nos dicen que lo sienten porque "el United va a ganar".

Marea txuriurdin

La masa realista se va concentrando en Shambles Square, donde la madrugada anterior ya hubo una quedada para los más juerguistas.

Los policías locales "bobbies" habilitan la zona donde permiten el consumo de alcohol. Los camareros de Sinclair's Oyster Bar no paran de servir pintas a 2,50 libras.

Hacia las 12 del mediodía la plaza ya luce un gran colorido txuriurdin, pero es después de comer cuando el espacio comprendido entre los tres pubs se queda pequeño y los bobbies tienen que ampliar la zona acordonada hacia Exchange Square por la gran afluencia de realzales. En las últimas horas, incluso, limitan el libre tránsito, por lo que muchos buscan el despiste de unos policías que siempre tienen una sonrisa dispuesta para fotografiarse con los aficionados.

La afición realista se deja oír

Pasan las horas y en The Mitre se puede oír (y cantar) el himno de la Real, la Marcha de San Sebastián, Jo ta ke y Sarri Sarri entre otros, para gozo y disfrute de la parroquia txuriurdin, cuyo comportamiento es en todo momento de 10.

Los cánticos de apoyo al equipo siguen aumentando y se acerca el momento de partir hacia Old Trafford.

... Y empieza la kalejira

En las redes sociales se habla de la intención de partir en kalejira, pero hay dudas de cómo organizarlo y si los bobbies lo permitirán. Es entonces cuando surge de nuevo en lo alto de la plaza la figura de Alberto Franco, el mismo que organizó la cola para conseguir las entradas en Anoeta.

Sus indicaciones para organizar la kalejira enloquecen a la masa txuriurdin, que jalea cada frase de Alberto. Después de un "Guk euskaraz, zuk zergatik ez?" prosigue las indicaciones en euskara.

Parece haber acuerdo con los bobbies para que corten el paso de los coches y nos permitan invadir las carreteras de Manchester. La kalejira consigue parar incluso el tránsito de los vehículos en una autopista cercana al campo de fútbol.

A las 17:45, 2 horas antes del inicio del partido, la kalejira recoge por el camino a más realzales. Y es que un gran número de aficionados ha estado animando a los jugadores a las puertas del céntrico hotel donde se concentra la Real.

El autobús de la Real parte justo cuando la kalejira asoma y los jugadores son conscientes de lo que está sucediendo.

Old Trafford nos da la bienvenida

La kalejira pasa por delante del Ayuntamiento de Manchester y encara Deansgate hacia Old Trafford al ligero ritmo que marcan los caballos de los bobbies, acompañado de todo un repertorio de cánticos que no tiene fin. Para cuando se aprecia el campo de fútbol la noche hace su presencia.

Una hora antes del encuentro, un cartel en inglés, en castellano y en euskara, da la bienvenida a Los 5.000 de Manchester: "Erreala zaleak, ongi etorri Old Trafford-era".

La inmensa mayoría de aficionados pisa el Teatro de los Sueños por primera vez. Un campo espectacular.

¡Ya estamos aquí!

Los miles de realistas van tomando asiento, cuando a lo lejos se aprecia movimiento. Es Claudio Bravo, el primer jugador de la Real que salta al césped.

El East Stand de Old Trafford enloquece. Unos minutos más tarde salta el resto del equipo. La emoción crece, y los jugadores agradecen con aplausos los ánimos de la grada.

Debajo de la grada txuriurdin se encuentran los aficionados más ruidosos del United, estratégicamente colocados. El buen rollo con ellos queda reflejado cuando extienden una ikurriña, que los realzales responden con aplausos.

Y llega la hora del partido

Está llegando la hora en la que el balón empezará a rodar. Los dos equipos se retiran a los vestuarios temporalmente para luego reaparecer. El himno de la Champions League suena una vez más, para que nadie se olvide del momento que está viviendo.

El balón empieza a rodar, y para cuando nos damos cuenta el equipo ya va por debajo en el marcador. La Real lo intenta, pero los 90 minutos pasan y el equipo no da la impresión de tener opciones reales de conseguir un resultado positivo.

La afición de la Real Sociedad

Termina el partido, y lo vivido durante toda la jornada, y esos minutos en los que los jugadores son los que aplauden a los aficionados, ganan importancia sobre los 90 minutos de juego.

Porque la Real es mucho más que 11 jugadores defendiendo su camiseta. Mucho más que un cuerpo técnico o una junta directiva. Todos ellos van y vienen. Algunos llegarán a ser leyenda. Pero quienes realmente somos la Real Sociedad somos sus aficionados, siempre con el quipo. Sea en Vigo o en Valencia. En Vitoria o en Cádiz. En El Ejido o en Manchester.